Útiles, compactas y seguras. Así son las nuevas tecnologías de almacenamiento de datos que han desplazado a los disquetes y que cada vez son más demandadas en el mercado
Las memorias portátiles nacieron en la década de los 70 con el disquete. Tres décadas después son cada vez más usadas, atendiendo la necesidad de portar y compartir información.
Según cifras de Gartner, Dataquest, Forrester Research e IDC, en los últimos cuatro años el mercado mundial de almacenamiento tuvo un crecimiento de manera considerable.
Actualmente existen en el mercado dos nuevos tipos de memorias portátiles, la de tipo flash con chip integrado, y las magnéticas de disco duro, además de los clásicos disquetes.
De tipo flash están las tarjetas de memoria y los puertos USB y en las magnéticas las de disco duro externo.
Según las consultorías, la memoria flash USB y tarjetas de memoria tuvieron un crecimiento cercano a 12% en 2005, comparado con 2001, con ventas aproximadas a 3 mil millones de dólares (mdd). Según Gartner, el incremento en ventas para 2006 será de 90%.
En México, el mercado es de 15 mdd anuales y está al mismo nivel que países desarrollados. "Mientras la memoria flash dura 100 mil ciclos de escritura, el disco tiene una vida útil de 15 a 20 años, es decir, tres a cuatro veces más que una de chip", explicó Eduardo Espejo, country manager de Imation.
La memoria flash es más cara por gigabyte que el disco duro, pues éste tiene más tiempo en el mercado y la investigación y desarrollo en el producto es mayor.
Datos de Imation revelan que el costo de producción de las memorias portátiles va a la baja, pues en 2002 un disco duro un giga costaba 10 dólares y en 2005 descendió a 2.50 dólares. Si se compara a los dos tipos de productos, la memoria flash es más portátil pero tiene una menor capacidad que el disco duro. Afirma que hay una tendencia de reemplazar el disquete por una memoria flash y mientras este sector va en pleno crecimiento, el mercado del disquete cae 15% cada año.
Expone que el uso de las memorias portátiles está muy difundido e incluso ahora en la lista de útiles escolares ya no les piden a los infantes disquetes, sino memorias flash.
Un elemento primordial, a decir de Paredes, es que a la hora de comprar no se sobredimensionen las necesidades, pues a veces la gente compra una memoria flash de 2 giga bytes y en realidad necesita una de un giga o menos.
Según Imation, hay que tomar en cuenta que la Enciclopedia Británica cabe en 700 megas, así es que si tienes una memoria de 256 megabytes es suficiente para guardar trabajos o tareas.
En cuanto a la velocidad de transferencia, la memoria flash corre a 12 megas por segundo, mientras el disco duro lo hace a 6 megas. Sin embargo, Imation señala que estas velocidades son suficientes para un trabajo escolar o profesional.
Paredes afirma que las memorias portátiles no son los medios adecuados para respaldar información, sino las cintas.
"Las ventajas de esta tecnología es el menor uso de la energía, el ahorro en mantenimiento y la seguridad, pues toda la información que viaja entre la CPU y la terminal va con una encriptación de 128 bits", indico Gabriel Dubin, gerente de Desarrollo de Negocios de Integrat.
Jorge Ciley, gerente Comercial de Integrat, indica que estas terminales "consumen un 95% menos de energía que un CPU tradicional" y añade que al no generar calor reduce el uso de aire acondicionados.
Historia de la memoria flash
La historia de la memoria flash siempre ha estado muy vinculada con el avance del resto de las tecnologías a las que presta sus servicios como routers, módems, BIOS de los PCs, wireless, etc. Fue Fujio Masuoka (empleado de Toshiba), en 1984, quien inventó este tipo de memoria como evolución de las EEPROM existentes por aquel entonces. Intel intentó atribuirse la creación de esta sin éxito, aunque si comercializó la primera memoria flash de uso común.
Entre los años 1994 y 1998, se desarrollaron los principales tipos de memoria que conocemos hoy, como la SmartMedia o la CompactFlash. La tecnología pronto planteó aplicaciones en otros campos. En 1998, la compañía Rio comercializó el primer ‘Walkman’ sin piezas móviles aprovechando el modo de funcionamiento de SmartMedia. Era el sueño de todo deportista que hubiera sufrido los saltos de un diskman en el bolsillo.
En 1994 SanDisk comenzó a comercializar tarjetas de memoria (CompactFlash) basadas en estos circuitos, y desde entonces la evolución ha llegado a pequeños dispositivos de mano de la electrónica de consumo como reproductores de MP3 portátiles, tarjetas de memoria para vídeo consolas, capacidad de almacenamiento para las PC Card que nos permiten conectar a redes inalámbricas y un largo etcétera, incluso llegando a la aeronáutica espacial.