Consejos para comprar la mejor cámara de fotos

Características
10 claves para comprar la mejor cámara digital
El actual boom de las cámaras fotográficas implica un reto para el futuro comprador: saber qué está eligiendo y si la cámara se ajusta a sus necesidades reales. Píxeles, zoom, pantalla TFT y mucho más es lo mínimo e imprescindible que hay que saber antes de sacar la billetera.

Hoy en día, las cámaras tradicionales todavía tienen grandes cosas que ofrecer, y superan en mucho, sobre todo en la gama profesional, a sus homónimas digitales. Sin embargo, también es cierto que la practicidad inherente al formato digital y el ahorro en rollos (las tarjetas de memoria son reutilizables), convierten a las cámaras digitales en una buena inversión.

Sin embargo, todo boom se traduce en una invasión de cientos de modelos diferentes para elegir, por lo que la decisión final se vuelve cada vez más complicada.

Vamos a repasar, en 10 sencillos puntos, lo principal de este tipo de cámaras.

1. Pixeles

Pixeles efectivos, pixeles totales, pixeles reales... Cuando nos presentan una cámara de fotos digital, lo primero que nos venden es el número de pixeles, que -según ellos- es el parámetro que nos garantiza la calidad de las fotografías. Si bien es cierto que un mayor número de pixeles nos garantiza una mayor resolución, también lo es que la calidad del sensor CCD que capta la luz, o la calidad de la óptica, juegan un papel mayor en el aspecto final de la foto.

En todo caso, el número de pixeles sí juega un papel fundamental a la hora de determinar el precio de la cámara, por lo que debemos saber qué es lo que compramos.

El valor que determina la resolución máxima a la que podemos hacer fotos es el Número de Pixeles Efectivos, que es la cantidad de sensores individuales de luz que tiene la cámara. Si nos dicen que la cámara es de 6 Megapixels pero tiene 3 Megapixels efectivos, está utilizando Interpolación, o lo que es lo mismo, se "inventa" la mitad de los pixeles tal como hace un programa de retoque fotográfico cuando aumentamos el tamaño de una imagen.

2. Tamaño

De tarjeta de crédito, compactas, ultracompactas y un largo etcétera. La oferta de cámaras digitales es tan amplia que nos permite encontrar una con la forma y dimensiones que busquemos, siempre que estemos dispuestos a pagar en consecuencia.

Las cámaras estándar siguen los parámetros de diseño impuestos por sus homónimas analógicas, y optan por un formato rectangular apaisado. A medida que subimos en la escala de precios, vamos encontrando diseños más elaborados y tamaños cada vez más reducidos, hasta llegar a la gama profesional, donde la necesidad de una buena óptica infla de nuevo los tamaños para equipararse a las de las cámaras reflex tradicionales.

Cuando vayamos a decidirnos por un tamaño, debemos tener en cuenta que a dimensiones más reducidas, más funcionalidades se sacrifican, dado que un zoom óptico requiere un cierto espacio para "esconder" las lentes cuando no las utilizamos. De igual manera, menos espacio tendremos para baterías, el flash o los botones de control.

3. Zoom

Si no queremos tener que movernos cada vez que realizamos un encuadre, disponer de algo de margen de acercamiento nos será muy útil. Aquí debemos diferenciar entre zoom óptico y zoom digital. El primero es el clásico, y se basa en una combinación de lentes que realizan una función de acercamiento mediante la propia óptica de la cámara. El segundo toma un “pedazo” de la imagen y descarta el resto. Así, si aumentamos el zoom digital, se reduce la resolución total disponible y, por lo tanto, bajará la calidad de la imagen.

Aunque el zoom óptico es preferible, éste conlleva un aumento del tamaño global de la cámara, y todavía más cuando aumenta la potencia del zoom.

4. Visor/Pantalla

Aunque la mayoría de cámaras digitales de gama media/baja ya cuentan con una pantalla TFT a través de la cual realizar encuadres, acceder a las fotografías realizadas o modificar las diversas opciones de la cámara, las más baratas carecen de ella (de ahí su precio más bajo). Es importante comprobar que el modelo dispone de pantalla, y que es lo suficientemente grande como para poder ver las fotografías hechas en condiciones y comprobar si han quedado bien.

En las últimas cámaras que están saliendo al mercado en gama media/alta, podemos encontrarnos con la sorpresa de que no carecen de pantalla, sino de visor óptico para realizar el encuadre. Esto nos puede presentar problemas a la hora de realizar fotografías con mucha luz, dado que las pantallas TFT son prácticamente "invisibles" a cielo abierto.

5. Almacenamiento

Quizás la principal ventaja de las cámaras digitales sobre las analógicas sea la posibilidad de trabajar con los archivos de las fotografías realizadas, ya que se pueden rotar, borrar, enviarlas directamente a impresora o llevar las fotos a revelar. Para poder realizar tantas fotos como queramos, es imprescindible que la cámara almacene sus imágenes en un soporte intercambiable: las tarjetas de memoria.

En algunas cámaras de gama baja sólo podemos almacenar las imágenes en una memoria interna fija. Si queremos llevarlas a revelar, deberemos conectar la cámara a una computadora y descargarlas. Por el contrario, con tarjetas de memoria podemos aumentar la capacidad de la cámara hasta el límite económico que nosotros nos impongamos, con la ventaja añadida de que podemos llevar únicamente la tarjeta a la casa de revelado.

Cada marca tiende a confiar en un tipo de tarjeta de memoria: las Sony, en Memory Sticks; las Fuji, en tarjetas xD; y el resto se alinean con los formatos Secure Digital/Multimedia Card o Compact Flash. Cada formato tiene unas ventajas e inconvenientes, y el único parámetro que puede hacernos decidir por una u otra es el precio de las mismas. Por lo general, las Memory Stick son las más caras y las Compact Flash las más baratas.

Antes de adquirir una cámara de este tipo no debemos olvidar sus puertos de conexión o la autonomía de su batería. Y aunque parezca una tontería, las opciones de programación que nos ofrece cada aparato. Por último, también es muy importante el tipo de óptica que monte, cuanto mejor sea, más calidad tendrán las fotos.

6. Conectores

Si las tarjetas de memoria son importantes para sacarle el máximo provecho a una cámara digital, no podemos decir menos de sus conectores. La salida USB se hace imprescindible para descargar las fotos a una computadora o convertir nuestra cámara en una webcam, y la no siempre presente salida de Audio/Vídeo analógica nos permitirá poder ver las fotografías en una pantalla de televisión.

Otros conectores que podemos encontrar son la de alimentación externa, ya sea para operar conectado a la red eléctrica, para recargar las baterías, o exclusivos de algunas marcas para conectarlos a impresoras fotográficas.

7. Óptica/CCD

Como hemos dicho antes, tan importante (o más) que el número de pixeles efectivos de una cámara, es la calidad de su óptica y de su sensor CCD, que es el encargado de convertir los fotones de luz en impulsos eléctricos que puedan ser interpretados como imágenes por la cámara.

Respecto a la óptica, poco podemos hacer para garantizarnos su calidad si la cámara pertenece a las gamas baja o media, dado que suelen ser de plástico o vidrio de calidad estándar. Sin embargo, a medida que subimos en precios, vamos encontrando ópticas con nombre y apellidos, como el caso de la Carl Zeiss de Sony, toda una garantía.

Los CCD's son sensores que por lo general funcionan bien con bastante luz, pero pierden cuando las condiciones lumínicas no son buenas. Es conveniente que nos dejen probar varias cámaras en condiciones de poca luz para ver si los colores y la definición de la imagen es como nos prometen.

8. Baterías

¿Recargables o no recargables? Dependiendo del uso que le queramos dar a la cámara, es importante que el modelo que escojamos nos sepa decir con exactitud el tiempo de batería que nos queda disponible. Para ello, necesitará una batería recargable de unas características determinadas, que a la vez nos permitirá ahorrar en pilas.

Por otro lado, si la cámara puede utilizar pilas normales, podremos salir de un aprieto si nos quedamos sin batería, ya que encontrar pilas alcalinas es mucho más sencillo que un enchufe donde recargar nuestra batería.

9. Opciones preprogramadas/manuales

En las cámaras más pequeñas o de gama baja, la inmensa mayoría de opciones son automáticas, pero en las de tamaño estándar, y sobre todo en las gamas media o alta, el número de opciones programables suele ser un factor a tener en cuenta.

La posibilidad de seleccionar parámetros como el balance de blancos, velocidad, apertura del objetivo, sensibilidad de la película, o el enfoque automático por zonas/manual, es algo que debemos buscar en una cámara de gama media/alta, sobre todo si queremos hacer nuestras primeras armas en fotografía creativa o artística.

10. Otras funciones

En el software de la cámara podemos encontrarnos una gran cantidad de opciones adicionales que, según el tipo de usuario, pueden resultar interesantes o no. Grabar videos de baja resolución, realizar fotografía panorámica, sacar fotos con un sensor infrarrojo, autofocus tridimensional basado en láser, son algunas de las funciones "extra" que pueden ofrecernos las diferentes cámaras del mercado. Dependerá del peso que les demos para que jueguen un papel determinante a la hora de tomar una decisión.

Si bien el precio sigue siendo el factor determinante a la hora de comprar una cámara de fotos, es posible que después de leer esta guía pensemos que quizás vale más la pena comprar esa cámara de 3 Megapixels con zoom óptico y buena calidad que la que nos ofrecía 6 Megapixels y poco más

El Pendrive

pendrive Útiles, compactas y seguras. Así son las nuevas tecnologías de almacenamiento de datos que han desplazado a los disquetes y que cada vez son más demandadas en el mercado

Las memorias portátiles nacieron en la década de los 70 con el disquete. Tres décadas después son cada vez más usadas, atendiendo la necesidad de portar y compartir información.

Según cifras de Gartner, Dataquest, Forrester Research e IDC, en los últimos cuatro años el mercado mundial de almacenamiento tuvo un crecimiento de manera considerable.

Actualmente existen en el mercado dos nuevos tipos de memorias portátiles, la de tipo flash con chip integrado, y las magnéticas de disco duro, además de los clásicos disquetes.

De tipo flash están las tarjetas de memoria y los puertos USB y en las magnéticas las de disco duro externo.

Según las consultorías, la memoria flash USB y tarjetas de memoria tuvieron un crecimiento cercano a 12% en 2005, comparado con 2001, con ventas aproximadas a 3 mil millones de dólares (mdd). Según Gartner, el incremento en ventas para 2006 será de 90%.



En México, el mercado es de 15 mdd anuales y está al mismo nivel que países desarrollados. "Mientras la memoria flash dura 100 mil ciclos de escritura, el disco tiene una vida útil de 15 a 20 años, es decir, tres a cuatro veces más que una de chip", explicó Eduardo Espejo, country manager de Imation.

La memoria flash es más cara por gigabyte que el disco duro, pues éste tiene más tiempo en el mercado y la investigación y desarrollo en el producto es mayor.



Datos de Imation revelan que el costo de producción de las memorias portátiles va a la baja, pues en 2002 un disco duro un giga costaba 10 dólares y en 2005 descendió a 2.50 dólares. Si se compara a los dos tipos de productos, la memoria flash es más portátil pero tiene una menor capacidad que el disco duro. Afirma que hay una tendencia de reemplazar el disquete por una memoria flash y mientras este sector va en pleno crecimiento, el mercado del disquete cae 15% cada año.

Expone que el uso de las memorias portátiles está muy difundido e incluso ahora en la lista de útiles escolares ya no les piden a los infantes disquetes, sino memorias flash.

Un elemento primordial, a decir de Paredes, es que a la hora de comprar no se sobredimensionen las necesidades, pues a veces la gente compra una memoria flash de 2 giga bytes y en realidad necesita una de un giga o menos.


Según Imation, hay que tomar en cuenta que la Enciclopedia Británica cabe en 700 megas, así es que si tienes una memoria de 256 megabytes es suficiente para guardar trabajos o tareas.

En cuanto a la velocidad de transferencia, la memoria flash corre a 12 megas por segundo, mientras el disco duro lo hace a 6 megas. Sin embargo, Imation señala que estas velocidades son suficientes para un trabajo escolar o profesional.

Paredes afirma que las memorias portátiles no son los medios adecuados para respaldar información, sino las cintas.

"Las ventajas de esta tecnología es el menor uso de la energía, el ahorro en mantenimiento y la seguridad, pues toda la información que viaja entre la CPU y la terminal va con una encriptación de 128 bits", indico Gabriel Dubin, gerente de Desarrollo de Negocios de Integrat.

Jorge Ciley, gerente Comercial de Integrat, indica que estas terminales "consumen un 95% menos de energía que un CPU tradicional" y añade que al no generar calor reduce el uso de aire acondicionados.

Historia de la memoria flash

La historia de la memoria flash siempre ha estado muy vinculada con el avance del resto de las tecnologías a las que presta sus servicios como routers, módems, BIOS de los PCs, wireless, etc. Fue Fujio Masuoka (empleado de Toshiba), en 1984, quien inventó este tipo de memoria como evolución de las EEPROM existentes por aquel entonces. Intel intentó atribuirse la creación de esta sin éxito, aunque si comercializó la primera memoria flash de uso común.



Entre los años 1994 y 1998, se desarrollaron los principales tipos de memoria que conocemos hoy, como la SmartMedia o la CompactFlash. La tecnología pronto planteó aplicaciones en otros campos. En 1998, la compañía Rio comercializó el primer ‘Walkman’ sin piezas móviles aprovechando el modo de funcionamiento de SmartMedia. Era el sueño de todo deportista que hubiera sufrido los saltos de un diskman en el bolsillo.



En 1994 SanDisk comenzó a comercializar tarjetas de memoria (CompactFlash) basadas en estos circuitos, y desde entonces la evolución ha llegado a pequeños dispositivos de mano de la electrónica de consumo como reproductores de MP3 portátiles, tarjetas de memoria para vídeo consolas, capacidad de almacenamiento para las PC Card que nos permiten conectar a redes inalámbricas y un largo etcétera, incluso llegando a la aeronáutica espacial.